Las voces de las 23 poetas chicanas en esta antología surgen del filo mismo de múltiples y complejas fronteras. Sus cantares son himnos a una rica tradición oral y poética, legado de un trenzado de raíces y culturas (indígenas, mestizas, estadunidenses y otras). Sus cantares de cariz testimonial son espejos de vivencias personales, las cuales son, de hecho, insoslayables de una colectividad. En estas voces convergen el dolor, la resistencia, lo celebratorio, con un preciso sentido emotivo, incluso de ironía y humor.