Éste es uno de los temas que suelen polarizar las opiniones. O se está decidamente en contra del celibato eclesiástico, por considerarlo antinatural e incluso cruel, o se le apoya con fervor, reconociendo el derecho de la Iglesia a imponerse su propia disciplina. Son escasos los ensayos rigurosos sobre el asunto y ést e es, por fortuna, uno de ellos.