Esta obra se convierte en un referente necesario para comprender la poesía que se produce en Puno. Notifica la tradición y la continua renovación de la poesía que se da desde ese espacio de enunciación -un espacio real o una referencia virtual-, así como su relación con la tradición ancestral y la del mundo moderno. Asimismo, pone en evidencia el diálogo entre la intensidad de la pacarina y la aventura -existencia caótica- moderna de la poesía que se escribe en los Andes.