Hola Guillermo, después de muchas vueltas y revueltas pude leer Como Cuba
Libre vueltas y revueltas en los aviones. Ha sido una lectura grata, metido en tu
mundo leonés que ha sido el mío, un atmósfera que tan bien describes y que conocí
en mis años allá, los mejores de mi vida. Conocí a todos tus personajes, empezando
por la Angelina Candia (a la que llamaban Angelina Cándida), y la casa ruinosa
donde la asesinaron, que quedaba frente a un efímero periódico que fundó Silvio
Argüello, dirigido por Fernando Centeno Zapata, casa donde antes vivió doña Elisa
Alvarez, madre de la Gata Munguía, y donde yo comía. Esta es solo una muestra de
todos los recuerdos que gracias a las páginas de tu novela, tan bien hilvanada, y tan
bien escrita, he podido evocar.