Cuando se habla del relato peruano en el último siglo, se menciona obligadamente a la generación del 50, y no ha habido antología que haya podido evitar el nombre de Carlos Eduardo Zavaleta.
Esta edición reúne todos los cuentos escritos entre 1998 y 1999, además de Invisible carne herida (2002), Cuentos brevísimos inéditos (2003), y Cuentos últimos, publicados por primera vez.