José Garza inició como reportero en 1989 y trabajó para periódicos como El Norte y La Jornada. En 1998, luego de postularse para ser seleccionado, participó en el taller de periodismo que impartió Gabriel García Márquez.
Garza explicó que esta experiencia cercana con el colombiano fue uno de los principales motivos por los que lo eligió como centro de su elogio. Sin embargo, desde su profesión de periodista, el descubrir que Márquez fue reportero fue deslumbrante e iluminador.
La lectura de la obra de Márquez, autor que, según él, volvió extraordinario lo ordinario, le permitió darse cuenta de que el periodismo y la literatura son dos caminos paralelos, tema en el que reflexiona a fondo en su libro.
Elizabeth Moreno Rojas, directora de la editorial de la Universidad Autónoma de Sinaloa y editora de la obra de Garza, explicó que el libro está dividido en cuatro capítulos a través de los cuales, en género de ensayo, reseña y crítica, el autor expone su experiencia con Márquez y sus reflexiones en torno a la obra del escritor.
Garza explicó que el título del libro está inspirado en la tesis que Mario Vargas Llosa dedicó a Márquez, en la cual dice, a grandes rasgos, que un novelista es un deicida pues escribir es un acto de rebeldía contra la realidad y contra Dios.
Para el periodista Diego Enrique Osorno, el libro de Garza posee tres características muy valiosas en un libro, es evocador, académico y muy apasionante y más que un elogio a secas es también un elogio crítico.
Paralelamente el libro rinde otro homenaje al mismo hombre a través de la ilustraciones de Alejandro Magallanes, que de forma similar a una historia, van construyendo la figura de Gabo con el paso de las páginas.