Una lectura aguda de las polémicas de San Agustín y Pascal en torno a la voluntad, la gracia y una relación con el Otro cuya imposibilidad es condición de posibilidad, a la luz del paradojal ateísmo de Lacan - ateísmo totalmente nuevo, deudor de lo más sutil y contradictorio de la tradición judeo-cristiana y de sus constantes autocuestionamientos- que tiene la característica de alojar en su seno aquello que niega.