Iniciada la República, una figura se yergue como un paladín del espíritu de su lucha por conseguirla: Mariano Melgar. Pero aquella tendencia, o por lo menos, los fastuosos homenajes que se hacen en su memoria son materia de discusión entre los intelectuales. Una sobremesa de grandes amigos del infaustamente muerto poeta y prócer se convierte en un fuego cruzado de testimonios de la vida de uno de los héroes más queridos de la causa independentista peruana.