La calle es el primer estar de la ciudad, ofrenda de los vecinos cuyas fachadas son su rostro y tienen por techo el cielo A partir de esta frase de Luis I. Kahn, Elogio de la calle hace un recorrido por siglo y medio en la vida de la Ciudad de México, cuando en nuestra literatura el cuepro de la urbe deja de ser escenario para convertirse en personaje.