El título menciona un deseo: la armonía con la naturaleza. Y el subtítulo muestra uno de los caminos para lograrlo: una reconstrucción medioambiental de la filosofía. Y en la dedicatoria de mi ejemplar: un amor compartido hacia la naturaleza. J. M. G.ª Gómez-Heras se permite en esta obra soñar sobre nuestro futuro; casi una ingenuidad, en nuestros días. Pero como dice Cortina, si es necesario (y lo es), es posible tiene que ser posible el lenguaje de la armonía y del equilibro.