Las brujas de Salem , escrita para teatro en 1950 por Arthur Miller , uno de los grandes dramaturgos de nuestro siglo, ha pasado a ser una obra cumbre indiscutible de la literatura contemporánea. Nos trasladamos al año 1692, a Salem , Massachusetts, donde vive una pequeña comunidad dedicada al servicio de Dios. Pero un grupo de jovencitas, cohibidas e irritadas a la vez por la sofocante atmósfera a la que las someten sus mayores, se ponen a bailar desnudas en los bosques. Una de ellas, Abigail Williams que ha perdido su inocencia en el lecho del granjero John Proctor , un hombre casado, bebe una pócima encantada para inducirla a matar a la mujer de éste. Y, de repente, el Diablo parece apoderarse de Salem . Las jóvenes «brujas» son descubiertas e, incitados por sus terribles acusaciones, todos los habitantes del pueblo son presa de una extraña e incontenible histeria colectiva. Se inicia un juicio, en el que, una a una, las víctimas inocentes, arrancadas de sus hogares por las maledicencias cruzadas, van cayendo en la diabólica trampa de culpas y denuncias que ellas mismas han ido urdiendo. ¿Quién es realmente el culpable? ¿Habrá al fin una sentencia o simplemente una venganza?