Saltar de la sartén para caer en el fuego. Ese parece ser el destino de Manny. Cuando ya parecía que había reencaminado su vida, todo comienza a complicarse de nuevo. Un pasado de alcohólico que amenaza con regresar, una iglesia que lo enreda en una trama que no comprende y una femme fatale con el más inocente de los disfraces pondrán su vida de cabeza.
En Las esquinas redondeadas, Mario Michelena nos arrastra a un mundo delirante que se esconde tras la cotidianeidad más banal y, con un despiadado sentido del humor, nos mantiene en vilo entre el suspenso y la tragedia que se ciernen sobre este señor peruano, un simple conserje de edificio en Nueva York, que es el más inepto pero también el más humano de los héroes de novela negra.
Es malo no saber qué nos espera a la vuelta de la esquina. Es peor no darnos cuenta que hemos volteado.