El mundo gigantesco de la microficción se engalana con la presencia de Maritza Iriarte, quien nos brinda un abanico de microcuentos que conforman su prima ópera titulada Aztiram. La autora demuestra el dominio de diversas técnicas para lograr la sorpresa en pocas palabras. Sus cuentos son contundentes, originales y diferentes. En algunos casos están salpicados de fina ironía; en otros, de magia; no pocos sostienen una visión de mundo sobrecogedora. Logra configurar una mitología personal en la que degustamos sus referentes literarios e influencias culturales. Vemos una tendencia a los orígenes del cuento muy breve con referentes de los cuentos de ChuangTzu y a cuentos clásicos como La metamorfosis de Kafka. La tradición medieval se ve reflejada en los cuentos de princesas y encantamientos. Tenemos en Aztiram la confirmación de que no todo está escrito en el mundo de la microficción y de que todavía el género en ebullición tiene un extenso valle para la cosecha. En este libro, tenemos un gran ejemplo, Emilio del Carril.