Desde el inicio de los tiempos, el Dios de todos soñó a dos hijas, hermosas hijas, para que viajaran por el mundo. A una la llamó Día, y le dio el atributo del arcoíris; a la otra la llamó Noche, y le dio poder sobre la muerte y la destrucción. Ambas se complementan como hijas de un mismo sueño. Una es alegre como la mañana; la otra tiene la delicada tranquilidad de la noche. Ambas viajan como hermanas por el mundo, para lograr, por fin, el equilibrio.
Ilustraciones: Seiei Terbullino Tamashiro