Inspirado en ese símbolo de la fidelidad a los orígenes que es el salmón, el autor remonta el río del recuerdo para revivir los viajes que marcaron su vida. Y lo hace en un doble registro: el que se desplaza por ciudades y paisajes, y aquel otro, más íntimo, en el que desfilan situaciones y personajes que el autor nostálgica y descarnadamente va rescatando del olvido. En esta obra Sánchez León nos ofrece una emotiva metáfora de la existencia humana.