En La sociedad desescolarizada, Ivan Illich muestra por qué siempre se lo consideró un pensador "radical". Sin medias tintas, y con propuestas certeras, Illich arremete contra un sistema que, en sus propias palabras, es burocrático, autoritario y pernicioso para la sociedad.
"Con la escolaridad no se fomenta ni el deber ni la justicia porque los educadores insisten en aunar la instrucción y la certificación. El aprendizaje y la asignación de funciones sociales se funden en la escolarización. Aprender es con frecuencia el resultado de una instrucción, pero ser elegido para una función o categoría en el mercado del trabajo depende cada vez más sólo del tiempo que se ha asistido a un centro de instrucción."
La sociedad desescolarizada reune textos surgidos de diversas investigaciones desarrolladas por Ivan Illich, y trata de poner en el mapa de las discusiones a la Escuela, tarea ardua por sí misma, ya que es una institución que ha perdurado inmutable a lo largo de los años. Este libro representa una continuidad con el resto de su obra, donde publicó La convivencialidad; Un mundo sin escuelas; y Después de la escuela, ¿qué?, entre otros.