Esta antología reúne temas entre los que median lazos de unión por concordancia y rupturas por discordancia. Son los encuentros y desencuentros entre estetas cuyos textos resaltan por su osadía, quizá porque en el tiempo de su publicación motivaron pensamientos inesperados, o porque aportan conocimientos y observaciones que no pasan fácilmente por el magín aturdido, o tal vez porque son originales. En gran parte son las entrañas, el tesoro oculto, los órganos del cuerpo llamado La estética en México. Siglo XX (FCE), que utilizó María Rosa Palazón Mayoral. Los filósofos de la estética se agrupan y dialogan, y, al discutir, algunos se acaloran porque tratan las extrañas realidades que son la sensibilidad y ese resbaladizo, heterogéneo e histórico mundo llamado ""arte"". Integran el volumen maestros inolvidables, como Antonio Caso, iniciador de la cátedra de estética en 1913, Samuel Ramos y Adolfo Sánchez Vázquez, quien marcó un hito en el devenir de la estética. No faltan las argumentaciones de Ramón Xirau que hacen temblar a los nihilistas, y las de otros filósofos más o menos jóvenes, como Josu Landa, entre otros muchos. Este libro es una suerte de edificio filosófico que prueba, a ojos vistas, que en el siglo XX la estética gozó de buena salud, porque abrió el surco y sembró las simientes que florearon. Ahora invitan a que las generaciones actuales las cuiden y las abonen para obtener frutos aromáticos que hagan la delicia intelectual de los enterados y de quienes se creen liberados de lo que ignoran: la estética.