El libro de Carlos Guevara Conciencia periférica y modernidades alternativas en América Latina resulta un alud gratificante de autores y temas que parecerían invocar a un pasado remoto, el cual solo quienes nacimos a mediados del siglo XX seríamos capaces de entender; autores y temas con los que convivimos, estudiamos, polemizamos y eran afines a una ideología poco aceptable por las buenas conciencias de la época. Sin embargo, a pesar de su juventud o gracias a ella, logra restablecer ese pasado de las ciencias sociales y las humanidades y las novísimas etapas, posmodernidad y globalización. Bajo los conceptos conciencia periférica y modernidades alternativas pone en tensión un entramado de ideas que han permanecido subsumidas o no se les había puesto la debida atención y, sobre todo, analiza sus implicaciones ideológico-culturales y político-económicas hacia nuestra América. No es poca cosa lo hecho por el autor: rastrear ese pasado cercano y traer a colación a pensadores e ideas que jugaron, y juegan, un papel fundamental en la urgente transformación de nuestros pueblos. Es así que en su texto desfilan en el escenario latinoamericano figuras señeras como el apóstol cubano José Martí, el amauta José Carlos Mariátegui, Julio Antonio Mella o el dominicano universal Pedro Henríquez Ureña. Y temas heterodoxos afines al anarquismo latinoamericano y mexicano: culturas rebeldes que escandalizaron a sectores pequeñoburgueses y la presencia de un teatro anarquista en el México de la década de 1930.