El autor, en un análisis extraordinario sobre los tratamientos del complejo problema de los orígenes del lenguaje, se sumerge en distintas versiones y dialoga con las mayores autoridades, en un arco que se extiende entre la ciencia y la religión y entre lo semítico y lo ario, ocupándose especialmente de las consideraciones lingüísticas de Renan, Max Müller y Herder.