Viajar en tren como polizón es indignante.Allá arriba se te ocurren decenas de preguntas absurdas: ¿por qué vamos colgados del techo si los vagones viajan vacíos? ¿Por qué no puede ir más despacio? ¿Nadie nos va a proteger de ese asalto? ¿Qué terrible historia obligó a los que me rodean a montar sobre la Bestia? ¿Por qué este viaje aterrador, nocturno y veloz termina por engancharte? Éste es el camino por excelencia del centroamericano indocumentado.Éste es su medio de transporte, éstos sus asaltantes y éstas, las vías donde las ruedas de acero han troceado piernas, brazos, torsos, cabezas.Migrantes.