Música griega está compuesta por alrededor de cincuenta poemas presentados en cinco segmentos que integran su partitura. Todos los textos están impregnados de una contagiosa musicalidad, íntima y conmovedora, donde prevalece un tono sensible, confidencial y atrapante. Se trata de una secuencia poética afinada y melodiosa, cuyo contenido emociona y deja marcas en el lector.