Esta novela está llena de fenómenos extraños, uno de ellos y no el menor, es que nadie se hubiese ocupado traducirla y editarla en castellano antes. Es raro porque tiene todos los ingredientes para cautivar al lector: una trama que parece irse tejiendo sola sobre sí misma con una cualidad casi orgánica, llena de capas de realidades superpuestas y de interpretaciones posibles; unos personajes que van ganado en complejidad y con ese algo misterioso que apela a los miedos atávicos pero que a la vez no te deja apartar la mirada de algo fascinante pero también repulsivo: la descomposición de la personalidad, el efecto traumático del cese de las normas que rigen la realidad sobre el ser humano. Con toda su profundidad y la amplitud de los registros que toca, es increíblemente fácil y placentera de leer.