En el siglo XVII fue beatificado el franciscano Francisco Solano, nacido en Montilla (España) y evangelizador en el Perú. En el virreinato peruano trabajó en diversas zonas andinas (Potosí, Tucumán) y el Paraguay, pero también en Trujillo, viviendo sus últimos años en Lima. Su compañero de Orden fray Luis Gerónimo de Oré, escribió la Relación de su vida y milagros para el proceso de beatificación, la cual se llevó a cabo en 1675. Fue hecho santo en 1756.