El Libro de Carlos del Castillo, Un Backgammon constituye una búsqueda poética singula. No se trata de una colección de textos individuales, emparentados por las circunstancias concretas en que fueron escritos, sino de un dispositivo, es decir, un conjunto que sólo cobra sentido cuando opera en su totalidad, de igual forma en que una casilla aislada en el tablero no dice nada por sí misma; su razón de ser siempre implica la relación con el resto de casillas, las piezas, los jugadores, las elecciones, los azares y las estrategias.