"El Perú es ante todo una realidad cultural portentosa y milenaria. Prueba de ello es la ciudad pétrea de Machu Picchu en lo alto de una montaña y la urbe sagrada Caral (una de las más antiguas del mundo). Pensar su historia, geografía y filosofía resulta un ejercicio cautivador y apasionante. En suma, el Perú es un país de intensidades tatuadas por su historia. Sin embargo, ahora nos debatimos en una encrucijada: la cultura le queda grande a las instituciones, es decir, mucha nación para tan poco futuro; al punto que a veces el Perú no es un país sino un paisaje. ¿Cuándo se producirá el encuentro entre los creadores-hacedores de la nación y el proyecto de sociedad que el Perú merece?
De constructores de ciudades ciclópeas hemos pasado a cultivar un arte al alcance de la mano: la escritura y la pintura. Refugio de la imaginación y síntoma de modernidad. A estos signos reveladores, de la cultura peruana de hoy, dedico mi atención. En estos años, dentro o fuera del Perú, mis lecturas y reflexiones me llevaron a ordenar por escrito para poder explicar aspectos poco tratados sobre las tesis de los más influyentes poetas, narradores y pensadores: Vallejo y su prosa matinal; la lectura epistemológica de Mariátegui y Haya de la Torre; la «invencible nostalgia» en Salazar Bondy y Julio Ramón Ribeyro; la aquilatada estética y política en la obra de Vargas Llosa y Manuel Scorza. Todo este barro pensativo atiza mi curiosidad. Este libro, se enriquece ahora con textos sobre Marx y el eurocentrismo, Gustavo Gutiérrez y su Teología de la Liberación, Francisco Miró Quesada y su filosofía de la ciencia, finalmente una nota de humor sobre Alfredo Bryce y su «Octavia de Cádiz». Este libro, ahora en versión completa, se escribió de a poco y gozosamente. Por eso señalo dónde y cuándo, como los pintores, a fin de avivar nuestra memoria, pues recordar es ir fincando la patria adentro".