La familia de Antonia se ha mudado a una nueva y enorme casa celeste. Sin embargo, para ella, una niña de nueve años, todo sigue igual: es la menor de cuatro hermanos y tiende a ser subestimada e incomprendida por su madre.
Para Antonia, la única compañía posible es Toallín, una toalla viviente que le sirve de escudo frente a un mundo en el que parece no encajar.
Antonia descubrirá que puede materializar sus deseos y logra convertir a su madre en un objeto, lo que pondrá a prueba lo poco que queda de la relación entre madre e hija. Así seremos testigos de una inolvidable reconciliación
o de una ruptura definitiva.