CASTAÑÓN MORÁN, JESÚS ADOLFO / ESPINASA YLLADES, JOSÉ MARÍA / GARCÍA GALINDO, JAVIER
A cuatro siglos de la muerte de Cervantes, nuestra celebración es de manera principal un festín del lenguaje. Quienes escriben aquí son gente que ha vivido jugando con las palabras y, por tanto, verifican la que según Antonio Machado es sin duda la mayor virtud del Quijote: Fue Cervantes, ante todo, un gran pescador de lenguaje, de lenguaje vivo, hablado y escrito. [ ] el Quijote viene a ser como la enciclopedia del sentido común español, contenida en la lengua española de principios del siglo xvii. No es la cazurrería de Sancho ni la locura de Don Quijote lo que nos asombra y abruma en la lectura del libro inmortal, sino la estupenda discreción de ambos. [ ] En [Santa Teresa de Ávila], lo rico no es el lenguaje, sino lo que pretende expresarse con él; la materia con que labora Teresa es su propia alma; la materia cervantina es el alma española, objetivada ya en la lengua de su siglo. A la luz de estas ideas que enfatizan la tradición inaugurada por Cervantes, crece el interés de lo que dicen los narradores, poetas y ensayistas que participan aquí. En todos sus textos asoma la asimilación de una tradición que, a relativamente poco de haberse conformado, fulguraba cuando Cervantes protagonista del esplendor marcado por la batalla de Lepanto que lo dejó no manco, como se ha dicho siempre, sino tullido dejó las armas y el cautiverio para dedicarse a la escritura, acto de locos entre los que haya.