¡Comer! es la primera palabra del pequeño cerdito, que goza como nadie con su desayuno, su almuerzo y su cena, haciendo un divertido desastre con cada plato que su mamá le sirve. ¡Limpio! grita el cerdito, ya en su cama, luego de que mamá cerdo lo ha bañado y ha limpiado su ropa y su silla. Así que mamá cerdo lo premia con un flan. ¿Será esto suficiente para calmar su entusiasmo o volverá gritar ¡Comer!?