"Una manera de hacer que la captura y el castigo tengan más probabilidades de éxito es gastar sustancial mente más dinero en hacer cumplir la ley, pero en tiempos de recortes presupuestales crónicos, esto no va a suceder. Kleiman sugiere que implementar estrategias más inteligentes para hacer cumplir la ley puede lograr que los presupuestos existentes alcancen para más. El paso más importante que hay que dar, sostiene, es entender el cumplimiento de la ley como un juego dinámico en el cual las políticas disuasorias estratégicamente escogidas se vuelven autorregulatorias [ ... l. Es una idea ingeniosa que Kleiman ha tomado prestada de la teoría de juegos y de la economía comporta mental. Cuando la fuerza bruta fracasa es un libro revolucionario: Robert H. Frank, New York Times Cuando la fuerza bruta fracasa demuestra que encarcelar más personas por períodos más largos de tiempo ya no es una estrategia viable para controlar el crimen. Sin embargo, sostiene el autor de este libro, se ha estado llevando a cabo una revolución -que en gran medida ha pasado desapercibida para la prensa- en cuanto a controlar el crimen por otros medios además de la encarcelación masiva y la fuerza bruta. Se ha tratado de sustituir la rapidez y la certeza del castigo por severidad aleatoria, concentrar los recursos para hacer cumplir las leyes en lugar de dispersarlos, comunicar amenazas de castigo específicas a ciertos infractores de la ley e implementar la libertad condicional y la excarcelación vigilada para que este tipo de supervisión de los infractores dentro de su comunidad se convierta en una alternativa real a la encarcelación. Además, argumenta Kleiman, la política de "tolerancia cero" no tiene sentido, dado que siempre existen más delitos que capacidad punitiva. Sin embargo, es posible -y vital- generar cero tolerancia concentrada al especificar claramente cuáles son las reglas y después cumplir los castigos prometidos cada vez que estas se violen. Controlar el crimen por medio de la fuerza bruta ha sido un error que ha costado muy caro, tanto social como financieramente. Ahora que sabemos que las cosas pueden hacerse de otra manera, sería inmoral no aplicar este conocimiento.