Villoro, figura de primer orden en el mapa de la literatura hispanoamericana actual, nos invita aquí a sentir la emoción cómplice de la lectura a dos voces, que, a semejanza de la práctica musical, fructifica tanto en sus juegos armónicos y sus acuerdos como en sus disonancias y sus provocaciones.
De eso se trata es un paseo literario lleno de curvas impensadas y apasionantes recovecos, un encantador viaje a la intimidad ajena de la mano de un guía excepcional: Villoro ha sido un gran lector, qué duda cabe, pero el hombre también se demuestra experto en el arte de las conexiones impensadas, y es sobre eso, sobre el pantano de lo inesperado, que el autor construye sus mejores puentes.