Don Chancho se arregla con esmero para ir a invitar a la señorita Cerda a compartir un día de campo juntos. Sus amigos le ayudan a vestirse y le dan consejos. Pero cuando llega con la señorita Cerda, parece un monstruo. Sin embargo, don Chancho logra solucionar el problema y se van de paseo. Este libro divierte hasta al más reacio y distraído de los lectores, pues está lleno de humor y de gracia, y, además, puede enseñarles algunas cosas sobre el cuidado personal y sobre la generosidad.