A finales del siglo xx la historia parecía haberse consumado en Europa. En el escenario continental, la Democracia, el Estado de Bienestar y la economía de Mercado constituían la inmunidad definitiva con respecto a los totalitarismos modernos La filosofía y las concepciones políticas dominantes en esos tiempos mostraban a Europa como la barrera mejor consolidada con respecto a experiencias «radicales» que eventualmente pudiesen tener un desenlace mortífero. Europa era o tenía que ser la plataforma simbólica donde se dilucidaban distintas estrategias para evitar la llegada de lo «peor», que muchas veces los sueños emancipatorios alojaron, de un modo u otro, en sus anhelos de cambio «revolucionario»: los debates sobre el Fin (de la Historia, de la Ideología, de los grandes Relatos, etc.) daban testimonio de la fortaleza intelectual que Europa había construido en relación a sus propios espectros, esas sombras crueles e irredimibles que brotan de la memoria de la Shoah y de la vergüenza totalitaria del Gulag. Por ello Europa se presentaba por fin como el tribunal de la razón constituida, la conciencia última de la humanidad que ya sabe sobre sí misma su destino en la Unión Europea como la tierra donde habitan los «últimos hombres» del mundo de la Técnica
Pero en el siglo xxi la trama simbólica construida desde la posguerra empieza a crujir y Europa necesita ser pensada no solo como un bastión contra el Mal. Sus archivos históricos, su patrimonio cultural, sus ciudades eternas, no pueden maquillar del todo el ingreso en Europa del orden neoliberal elevado a la razón de estado. Hasta el punto que como este libro demuestra el Euro, la Unión Europea, la Deuda, no son más que los significantes privilegiados del trazo neoliberal en la nueva configuración del Continente
Se trata entonces de pensar de nuevo a Europa y su lugar y su función en el diseño del mundo contemporáneo. Para ello, y este libro de José Luis Rosario es una demostración excelente de la cuestión, es necesario intentar una Crítica de la Economía política del siglo xxi. A nuestro juicio este es el intento de José Luis Rosario en su peculiar modo de pensar el mundo contemporáneo a partir de Europa. La originalidad del texto de Rosario es que además de «volver» a Marx, para captar de nuevo las aristas de nuestro presente conjugadas en el orden reinante del Capital, se vale también de las tesis de Agambem sobre el Estado de Excepción en su nueva modalidad histórica, a saber: sin golpe de estado ni estados totalitarios históricos. Rosario piensa al Soberano actual desde la lógica del Discurso Capitalista esbozada por Jacques Lacan y tomando forma histórica en un «Estado de excepción financiero» que además, como Rosario insiste, debe ser pensado en sus efecto subjetivos. Por tanto, se trata de redefinir la Democracia, el Estado, el sujeto, lo social, etc., a partir del mundo en que estamos arrojados y del que debemos hacernos cargo, si aún se mantiene la apuesta ético-política de que el sujeto no sea un mero soporte de la gestión neoliberal.
¿Es capaz Europa de atravesar el fantasma de su Final histórico dando como resultado una nueva invención política?
¿Puede la izquierda incorporar a su problemática teórica lo que J. L. Rosario ha elaborado, a partir de Agambem, Lacan y Marx, para dar cuenta de este mundo de excepción financiera en sus estragos subjetivos? ¿Qué lugar, en este nuevo estado de excepción financiera, pueden tener las prácticas políticas de vocación emancipatoria si, como Rosario demuestra, la frontera histórica de demarcación entre totalitarismo y democracia tiende a difuminarse? Si el lector quiere pensar a partir de qué nuevas estrategias, paradigmas, dispositivos, el poder del Capital sabe encontrarse con la lógica que le da su sostén, este libro es crucial. Ahora que Europa dejó de ser solo el lugar de las contemplación de su propia historia y vuelve a ser llamada a una nueva batalla ética y política.