José fue un niño muy, pero muy inquieto,
que siempre estaba dispuesto a explorarlo
todo. Desde sabores inéditos o diferentes
juegos con sus amigos, hasta desarrollar un
nuevo estilo de pintar y dibujar el mundo
que lo rodeaba. A través del arte, encontró
una manera de retratar como nunca antes a
los peruanos. Fomentó un sentido de
pertenencia y arraigo al Perú a través de su
arte, y, por ello, es llamado no solo el padre
de la corriente indigenista sino que además
el primero pintor del Perú.