Un hombre viaja a una ciudad en la que estuvo hace no muchos años, recorre la ciudad y se sienta en sus distintos cafés a revisar un viejo diario y una larga carta. El diario lo escribió él mismo, hace más de quince años. Escrita a tres voces la voz del narrador en el momento presente; la voz del narrador en el viaje pasado; la voz del testigo, Miramar es una novela híbrida que reflexiona sobre el paso del tiempo, la construcción de la memoria y los frutos de la imaginación. Adentrados en su lectura, pronto comprendemos que los personajes que se interpelan y se ceden la voz son uno y el mismo, aunque revestidos de una memoria distinta. ¿Es el presente el momento de la realidad? ¿Es la ciudad en la que el hombre que narra, se lee y recibe una carta el sitio en el que su recuerdo se reconstruye o se reincide? Intriga, drama y erotismo se funden aquí como si leyéramos a escondidas un diario ajeno.