Tras la boda de su hija Katerina, el comisario Kostas Jaritos decide tomarse unos días de descanso y viajar con su temperamental mujer a Estambul. Allí, mientras se mezcla con cientos de turistas para admirar iglesias, mezquitas y palacios y degustar la gastronomía del lugar, Jaritos se lanza a investigar una serie de asesinatos cometidos en el seno de la comunidad griega de la ciudad. Para ello se verá obligado a trabajar codo con codo con el suspicaz comisario turco Murat.