Hasta mediados del siglo XX el Perú importaba historietas, su producción era intermitente y no superaba breves proyectos editoriales paralelos a la prensa. Su consumo fue creciendo de la mano con la migración del campo a la ciudad, la alfabetización en castellano, la explosión demográfica y la transformación de la capital, movimientos profundos que produjeron un nuevo tipo de diario y periodismo, liderado por el poderoso político y economista Pedro Beltrán. Sampietri, Juan Santos, Boquellanta, Yasar del Amazonas, Chabuca y Serrucho fueron los primeros protagonistas de las tiras 100% nacionales publicados en Última Hora, el primer tabloide para el nuevo lector nacional. Con ellos llegó el momento en que sus lectores pudieran reconocer a sus vecinos, soñar con sus propios héroes y reconocerse en ellos. El libro ¡Necesitamos tiras nacionales! del joven historiador Luis Rodríguez Toledo nos introduce a una propuesta personal y académica de cómo estudiar esas historietas limeñas y a sus personajes. Su obra prioriza el estudio del contexto y le permite describir en las viñetas una época en la que se reestructuraron las jerarquías sociales y raciales y de las que emergió un nuevo nacionalismo que se reconoció como diverso.
Carla Sagastegui