Ningún libro es sencillo y los que lo parecen suelen contener renglones o párrafos cuyo significado damos por comprendidos porque los leemos queriendo terminarlos de una buena vez. El Ulises de Joyce no es precisamente sencillo pero no es ese libro imposible en que un mito persistente lo quiere convertir. Creo que es uno de esos pocos libros que cien años después de su nacimiento sigue siendo fresco y potente como el primer día. Es cierto que impone desafíos y que exige atención, pero las recompensas que ofrece son generosas y tienen un efecto benéfico sobre el lector paciente. Las cosas que piensan sus personajes las hemos pensado todos, en un momento u otro de nuestras humildes existencias. De los silogismos de Stephen, de la bondad de Bloom y de la espontaneidad de Molly tenemos mucho que aprender. De allí la importancia de estos Nueve acercamientos a Ulises que son un genuino homenaje al centenario de la más célebre novela del siglo XX.