El libro recoge 16 años de trabajo literario y coloca un interesante diálogo entre el arte contemporáneo y el ejercicio poético. Con un lenguaje sencillo y cotidiano, el poemario juega con ritmos visuales y sonoros que complementan el sentido de los textos y los nutren de vitalidad. Concibe las palabras como elementos gráficos asociados a las imágenes poéticas que también crea.