Sucedió un domingo. Aunque, a decir verdad, esto no tiene mucha importancia para un conejito. Era la mañana y los pajaritos ya se habían levantado. Pero Pompón seguía durmiendo ...
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información