El autor es uno de los más importantes gestores de la historia universitaria nacional, quien
hace frente a los argumentos del Congreso de la República-esto es, la Comisión de Educación
Juventud y Deportes-que ha aprobado varios artículos de una nueva ley universitaria.
La defensa de las instituciones de educación superior estatales y privadas-, tiene su respaldo
en una sólida argumentación y documentación jurídica. Además de la cauta reflexión sobre las
inconveniencias de la dación de una ley, que puede significar un retroceso para el desarrollo y
perfeccionamiento de nuestras universidades.
El autor sostiene, entre otros puntos de vista y de manera categórica que La objeción va para
que la ley que se quiere dictar sea la adecuada, para que cree mejores condiciones legales y
económicas, para que la universidad pueda desarrollarse y dar los saltos cualitativos que ella
misma quiere y no puede hacerlo por las limitaciones, obstáculos, trabas, desatenciones y
abandono que propicia la legislación vigente.