AA.VV
Se nos ha acostumbrado a ver la poesía contemporánea de lengua inglesa desde la óptica del gran caudal de la poesía norteamericana que construye un universo riquísimo. Pero la poesía británica, digamos, desde 1965, es decir un poco más tarde que en el caso de los Estados Unidos, no es menos interesante. Sin embargo, no han obtenido la misma visibilidad. La imagen de la poesía inglesa construida y proyectada por los canales de comunicación nacionales, y más tarde internacionales, que continúan promoviendo una deriva de la tradición de la poesía tardía de T. S. Eliot, de Auden y de los poetas conocidos como The Movement, entre ellos, Philip Larkin, ha enaltecido una tradición artísticamente conservadora y ha terminado por definir a la poesía inglesa para muchos lectores, con el escamoteo resultante de los poetas que realmente valen.