Poesía, poema y voz poética se funden desde la intimidad del espacio doméstico. Es aquí donde se escribe, se piensa, se hila, se anuda y se tensa el cuerpo como un mecanismo interior de baja frecuencia que está a punto de estallar. La animalidad humana, el crecimiento que resquebraja los límites, la confrontación lúcida frente a la violencia de existir y los ejercicios del sueño impulsan la escritura de Una animal en mí hacia el lugar donde crece el poema.