"No sé por qué, pero me es imposible, al leer Arenas rojas de Braulio Paz, no pensar en los libros de viajes, aquellos de los siglos XIV y XV que relataban las aventuras de valientes e intrépidos sujetos en mundos nuevos. Después de todo, eso encontramos aquí: mundos nuevos, extraños, hasta hostiles. Pero no sé si hay viajeros. De hecho, los viajes mismos se presentan desde afuera, desde una extimidad que los opaca. En un contexto en el que el ser humano se enorgullece de la posibilidad de conquistar nuevos planetas y de rozar la singularidad, estos textos nos enfrentan con nuestra incapacidad de habitar. La escritura planea sobre los restos de proyectos de exploración, de conquista que aún no empiezan, de un futuro que se deshace ante nuestros ojos como un glitch, brillante a la vez que tembloroso, desolador y profundamente irónico. En este viajar, aparecen personajes de toda índole (de Terminator a Lucifer, pasando por Nick Cave y Guillermo de Aquitania) reconfigurados, convertidos en materia viva y también nosotros, no conociéndonos más, como en la literatura del autodescubrimiento, sino en un desconcierto refrescante y necesario".
José María Salazar Núñez