Verónica tiene el placer de contar, un placer raro en nuestros dias. La gente prefiere ver y callar, ver y dejar pasar el tiempo. Ella cuenta con la amenaza permanente del fantasma de la realidad, que interrumpe y se interpone en la degustación de sus sentidos. En estos cuentos, son las sensaciones y las especulaciones quienes configuran un mundo rico en color, música, poesía y olor, para entregarnos a la narradora que el Perù ha estado esperando. Léanla antes que, la grisalla de Lima, les niegue la oportunidad de encontrarse con ustedes mismos.