La biografía escrita por Manuel Zanutelli tiene la agradable peculiaridad de establecer de inmediato un clima trascendente, como se espera de un género heroico, pero de hacerlo introduciendo, a la vez, una animación y un calor pertenecientes a la vida concreta. Puede hablarse, en ese aspecto, de una épica realista, y también de un encuentro de la leyenda con la crónica, por virtud del cual el acontecimiento, reconocido como inmortal, es tratado en presente, con todo el movimiento de lo imprevisible.