Inmerso en una crisis de melancolía y soledad, el protagonista de esta novela anota en un "cuaderno de navegación" las venturas y desventuras vividas por él y otros latinoamericanos en la Ciudad Luz. El París de porteras, vecinos y perros perversos y -en medio de ese ambiente hostil- el amor maternal de Inés de Romaña son algunos de los recuerdos que conforman esta obra escrita con una gran dosis de humor e imaginación.