Ame´rica Latina ha sido vi´ctima privilegiada de las trasformaciones regresivas que ha vivido el mundo en las u´ltimas de´cadas del siglo XX. Esas trasformaciones se han reflejado en nuestro continente, en primer lugar, por la crisis de la deuda y el cierre del ma´s largo ciclo expansivo de nuestras economi´as, empezado con las reacciones a la crisis de 1929. En segundo lugar, por dictaduras militares, que han roto la capacidad de resistencia de los movimientos populares de pai´ses muy importantes de la regio´n. En tercer lugar, por la extensio´n de gobiernos neoliberales en sus formas ma´s radicales pra´cticamente por todo el continente. Los efectos combinados de esos factores han sido fulminantes; reduccio´n de los estados a sus mi´nimas expresiones, centralidad de los mercados, fragmentacio´n social, financiarizacio´n de las economi´as, procesos de desindustrializacio´n, entre otros, produciendo fragilidades y retrocesos en nuestras economi´as. (...)