Macarena deambula por las presiones de la adultez y las convenciones de la clase media limeña de manera absorta, como si fueran los deberes y responsabilidades de otras personas. Los trabajos obligados y las desventuras cotidianas, como la depresión y la migraña, se subliman a través de si mirada, que tiene al spleen, pero también a encontrar símbolos donde los demás solo ven objetos. Viajar a Madrid a estudiar una maestría se vuelve, en ese contexto, una salida perfecta, una fuga hacia adelante, pero también el encuentro con lo que sí importa y exige decisiones: el amor y la escritura.
Perro de ojos negros es la primera novela de María José Caro, pero también la confirmación del talento narrativo que demostró en La primaria.