La Ceremonia del Té - XIII, poemario incompleto en su primera mitad y declaración de intenciones en la segunda, celebra en un principio, el balance entre lo cotidiano y lo extraordinario de la vida, entre la línea del día a día que se dibuja inamovible y sin embargo vibra al mínimo contacto con los milagros del arte y sus ramificaciones.
Celebración que se ve interrumpida en un segundo momento, por el golpe de realidad que significa permitir que uno de esos milagros sea el enamorarse, y la declaración de intenciones que llega en un vano intento por salvar la esencia del libro, que cambia con el pasar de las hojas para convertirse en un testimonio de primer amor y última despedida.