El autor analiza el diálogo entre arte y ciencia que se originó en la Viena de fin de siglo, y documenta sus tres fases fundamentales: la primera fase surgió como un intercambio de intuiciones sobre los procesos mentales inconscientes entre los artistas modernistas y miembros de la Escuela de Medicina de Viena. La segunda fase prosiguió como una interacción entre el arte y una psicología cognitiva del arte, introducida porla Escuela de Historia del Arte de Viena en la década de 1930. La tercera fase, que se inició hace dos décadas, vio interactuar a esa psicología cognitiva con la biología para sentar las bases de una neuroestética emocional: la comprensión de nuestras reacciones perceptivas, emocionales y empáticas a las obra de arte.